Muchas mujeres hemos encontrado en Clara una ayuda y un camino en eso de ser mujer y no morir en el intento…

Publicado el Jul 5, 2016

Intervención de Marita Cabarrou —ex-Directora general de Editorial Paidós— en la presentación del libro Aventuras en la edad de la madurez, realizada el pasado 13 de mayo en la Librería Gandhi Palermo de Buenos Aires.

 

m-cabarrou-dest-okQueridos amigas y amigos, hoy estamos aquí para festejar doblemente a Clara Coria.

Primero lo primero, un festejo inesperado ya que supimos en estos días que ha recibido el Premio Konex, todo un reconocimiento a su aporte a los Estudios de Género .

Y ahora vamos al segundo motivo del festejo, la presentación de su libro Aventuras en la edad de la madurez – Un desafío femenino.

Desde El sexo oculto del dinero que apareció en 1986 hasta hoy, vemos un recorrido muy coherente en la trayectoria profesional y también personal de Clara. ¿Por qué digo personal? Porque las temáticas que ha abordado tienen mucho que ver con lo que ella transitaba en el momento en que escribía.

Clara nunca ha escrito desde un registro académico sino siempre desde una percepción aguda de la realidad concreta, especialmente de las mujeres. Es en sus Talleres de Reflexión donde ella ha podido extraer los temas profundos que ha conceptualizado y volcado en su obra. Muchas mujeres hemos encontrado en Clara tanto como psicóloga clínica como en sus libros, una ayuda y un camino de esclarecimiento a tantas dudas que nos acechan en relación a nuestros roles… en eso de ser mujer y no morir en el intento.

Creo que  ahora, especialmente cuando Clara ha sido premiada con el Konex, va a ser muy interesante hacer un breve recorrido por todos los temas que ha tratado en sus libros, lo que es fundamental para valorar su trayectoria y comprender este premio.

En su primer libro: El sexo oculto del dinero – Formas de la dependencia femenina, aparecido en 1986 plantea que tanto en el ámbito privado como en el doméstico el dinero ha sido un tema tabú, omnipresente en la realidad, pero omitido en las reflexiones del ámbito económico-financiero, claramente sexuado y asignado al varón, asociado a potencia y virilidad. Esta sexuación del dinero —dice— reside en el modelo de ideal maternal Mujer igual Madre, esgrimiendo la incondicionalidad, el altruismo y la abnegación como paradigmas de la femineidad.

Después viene, en 1989, El Dinero en la pareja – Algunas desnudeces sobre el poder, tema conflictivo si lo hay. Muestra las tácticas de poder a través del dinero, el presupuesto familiar, dinero que las mujeres esconden, ingenuidades peligrosas, desprecio de parte de las mujeres por entender los temas económicos por ser aburridos (después se separan o muere el marido y no saben donde están paradas). En fin, muestra la trama de las relaciones subyacentes.

Ahora cambiamos el dinero por el éxito. En 1992 aparece Los laberintos del éxito – Ilusiones, pasiones y fantasmas femeninos. Qué nos pasa a las mujeres cuando tenemos pretensiones de éxito y los fantasmas entorpecen el acceso y el disfrute saludable. El éxito comparte con la sexuación del dinero los condicionamientos de la sociedad patriarcal respecto de los roles femeninos y masculinos. Este libro descorre el velo sobre el miedo a exponerse, la autocrítica exacerbada, la soledad como castigo, las actitudes masculinas ante el éxito femenino, el temor a la competencia… y muchas cosas más

Andamos por 1996 y aparece Las negociaciones nuestras de cada día. ¿Cuáles son las negociaciones cotidianas y los obstáculos subjetivos que impiden la defensa de intereses personales, incluso a mujeres que demuestran que son capaces para defender intereses ajenos? Dos grandes obstáculos aparecen para legitimar el derecho a defender intereses personales: la feminización del altruismo y la identificación de altruismo con solidaridad. Toda opción tiene costos y el punto de partida de cualquier negociación comienza por negociar consigo misma.

Andamos ya por el quinto libro: El amor no es como nos contaron… ni como lo inventamos (2001). El modelo de amor de pareja es una construcción social a imagen y semejanza del modelo maternal (incondicional, altruista y abnegado) sostenido por la sociedad patriarcal. El «aguantar por amor» —rémora del aguante en las prácticas maternales— adquiere una dimensión perversa cuando se convierte en una virtud, transformando los abusos en auto-abusos. Eso atenta contra las relaciones de paridad y perpetúa múltiples formas de sumisión femenina.

En 2005 escribe un libro en colaboración con Anna Freixas y Susana Covas, Los cambios en la vida de las mujeres. Las autoras hablan aquí de los cambios significativos que tienen lugar en la vida de las mujeres a partir de la mediana edad. Con el fin de favorecer un nuevo protagonismo acorde con los tiempos actuales Clara plantea, entre otras estrategias, proceder a ciertos «desprendimientos» (en el orden de lo psicológico) que permitan recuperar el entusiasmo. Entre ellos propone cuatro que son centrales: desprenderse de los hijos de la infancia; de la pareja de la ilusión; del protagonismo familiar y del cuerpo de la juventud. ¡Menuda tarea!

En algún momento de nuestras vidas llegamos a sentir cierto hartazgo por acumulación de malestares y tenemos ganas de patear el tablero cuando la gota rebasa el vaso, práctica poco conveniente —nos dice Clara. Mejor reflexionar sobre ciertas conductas como el automatismo de pedir permiso, los auto-abusos naturalizados, el miedo a la disponibilidad del tiempo libre o vivir la post juventud como un estigma. Mejor implementar pequeños «basta» a tiempo para evitar los «aguantes». Todo esto, sí o sí, requiere una tarea laboriosa de «reingeniería» psíquica. Su libro Decir basta del 2010 nos aclara estos temas.

En su octavo libro, publicado en 2012, Erotismo, mujeres y sexualidad – Después de los 60, se corren velos que dejan expuestos algunos de los temas de los que «no se habla». Entre otros: los mitos machistas que despojan de erotismo a las mujeres. La doble moral sexual. La identificación de erotismo con genitalidad. Algunas diferencias del erotismo entre hombres y mujeres. La negación del clítoris entre otros. Pareciera que hay alguna ventaja adicional con la llegada de la menopausia, ya que a pesar de algunas creencias equivocadas, la sexualidad de las mujeres no termina allí. En los humanos de ambos géneros, sexo y erotismo se extienden hasta el límite mismo de la vida. Una vez escuché en la radio, una mujer que decía: «Cuando llega la menopausia se cierra la fábrica y se abre el parque de diversiones».

Finalmente llegamos al día de hoy con su noveno libro: Aventuras en la edad de la Madurez – Un desafío femenino.

Cuando Clara me propuso que presentara el libro, lo leí con mucho interés y ha sido para mí muy movilizador, seguramente porque en especial se dirige a las mujeres de mi generación. Pensé que la forma más interesante y rica para todos sería que yo dialogara con ella sobre algunos interrogantes que me surgieron de su lectura.

Creo que sería bueno explorar más el concepto de la gran aventura en la edad de la madurez. Explorar más las etapas que atraviesan las mujeres a los 60, 70, 80 años y más. Cada decena tiene sus particularidades y los cambios que vamos percibiendo nos llevan a nuevos reacomodamientos, es como la licencia de conducir, cada vez te la dan por menos tiempo.

Clara plantea que en la juventud, consciente o inconscientemente se escribe un guión para toda la vida sin pensar en un plan B. Asocia el fin de la adolescencia con el comienzo de la madurez. Así, contraponiéndose al guión que inconscientemente teníamos, debemos ahora a aprender nuevamente a vivir de cierta manera con la incertidumbre como fantasma. En este sentido, ¿sería una nueva orientación vital? ¿Podemos cambiar de caballo en el medio del río?

En este libro se trata un tema sumamente interesante: la sobreadaptación. Es una respuesta a la demanda de hijos, maridos, nietos; y además también puede ser una dificultad para abandonar un protagonismo que nos asegura un amor vitalicio y que, por otro lado, nos mantiene en un espacio de confort, porque así evitamos pensar y desarrollar un proyecto propio. Creo que los tiempos por suerte han cambiado y nuestra generación ha logrado espacios de desarrollo personal cada vez más amplios, que por lo tanto nos dejan menos tiempo para estar disponibles para las demandas de la adaptación al modelo maternal. Sería muy interesante profundizar más en lo qué implica la adaptación y la sobreadaptación.

En el capítulo titulado «Pasar la posta», que es cuando nacen los nietos, me surgieron varias preguntas que seguramente tendrán tantas respuestas como situaciones diversas se presenten ¿es pasar la posta en términos reales o imaginarios? En esta época en que nuestras hijas mujeres se embarazan mucho más tarde, diría entre los treinta y cuarenta años y aún más… cuando tenemos hijos varones, sería interesante explorar si todavía tenemos alguna injerencia sobre ellos como madres, y qué nos pasa cuando nacen los nietos, ese momento de intensa emoción y alegría y, especialmente, la creación de un nuevo tipo de vínculo afectivo, diferente.

La sociedad cambia cada vez más rápido. Hay situaciones nuevas donde las mujeres que por diversas circunstancias, ya sea por elección propia o por falta de pareja, deciden no tener hijos ¿qué nos pasa cuando no tenemos la posibilidad de tener nietos? Me gustaría saber más de cómo ve Clara esta situación.

Nos metemos en la vida en pareja y sus múltiples opciones. Sabemos que todo tiene un costo que pagar. Si estamos en pareja compartiendo el mismo hogar, si tenemos una relación part-time, si vivimos solas… Llegado a este punto creo que aquí aparecen situaciones bastante diferentes, a los 60, los 70 o los 80 años; o más que sería bueno explorar esas diversas situaciones. Hay algo que nos ayuda a vivir mejor y es si entendemos que la vida no está en otra parte, sino dentro de nosotras mismas. Clara se refiere a la apasionante aventura de construir el propio acompañamiento.

También me gustaría agregar el cada vez más importante rol que ocupan en esta etapa de nuestras vidas las amigas, las pares con las que compartimos alegrías, sufrimientos, éxitos, fracasos, y ni que hablar de las relaciones con los hijos, con las nueras, con los yernos, bueno, infinitos temas que nos sacan de mirarnos el ombligo y diluyen los pequeños grandes conflictos en los que nos sentimos inmersas.

Para ir cerrando quiero agradecer a Clara que me haya invitado a presentar su libro. Yo he sido su editora. Así fue como nos conocimos y así nació nuestra amistad sólida y valiosa. También quiero agradecerle en nombre de tantas mujeres que la han tenido de faro para comprender los distintos momentos de sus vidas y que se han sentido interpretadas en tantos temas que ella desgrana con honestidad.

No es una feminista combativa sino alguien que orienta para que la vida en soledad o compartida con una pareja, se base en condiciones de igualdad. Siempre valora que las mujeres piensen y que no se dejen llevar por la pasión esa que nos enceguece y que lo que hace es obturar el pensamiento.

Lo de hoy ha sido un mero esbozo de todo lo que nos brinda el libro. ¡Ahora a leerlo!

Muchas gracias a todos ustedes por acompañarnos esta noche.

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