Aventuras en la edad de la madurez – Un desafío femenino

Publicado el May 20, 2016

Aventuras en la edad de la madurez - Un desafío femeninoFicha técnica:

Título: Aventuras en la edad de la madurez
Un desafío femenino
Autora: Clara Coria
Red Ediciones – Pensódromo 21
Colección: ANDROGINIAS 21
Primera edición: Barcelona, 2016
PVP libro impreso: € 14.-
PVP e-book: € 5,99
ISBN print: 978-84-945522-3-6
ISBN e-book: 978-84-945522-4-3
Formatos: .epub – .mobi – .pdf
Páginas: 142
Descargar: Índice e Intruducción

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Sinópsis:

Nuestra cultura tiende a situar la «edad de la madurez» en un lugar de invisibilidad que poco a poco se desliza hacia la marginación. Vivimos una época en la que los cambios no piden permiso para instalarse y la realidad, que se impone independientemente a nuestros deseos, ha puesto en evidencia que ya no existen garantías de que se pueda recorrer la madurez de acuerdo a lo previsto y cumpliendo lo que la sociedad consideraba previsible. Son los tiempos de la “no juventud”, que quedaron marginados del imaginario colectivo por el simple hecho de haber dejado de ser joven. El efecto más pernicioso de esta descalificación sociocultural reside en un proceso de autodescalificación que poco a poco se va infiltrando en lo más profundo de nuestra subjetividad. Son tiempos para los cuales no hay proyectos porque estaban incluidos en un espacio de la vida que había sido previamente descalificado, desvalorizado y vivido como si fuera un estigma.

En esta nueva entrega, Clara Coria propone revisar el «guion» sobre el cual se instalan los proyectos vitales, especialmente de las mujeres que cruzan la frontera de la mediana edad, y nos advierte que la vida es una perpetua aventura que nos plantea nuevos desafíos de forma permanente. Las personas que llegan a la madurez en buenas condiciones físicas y psíquicas disponen, paradójicamente, de mucho más tiempo del que disponían en su juventud: “tiempos disponibles” que presentan el desafío de asumir una libertad para la cual no fueron preparadas. Una nueva oportunidad para indagar nuevas experiencias y aceptar el desafío de reinventar horizontes que ponen a prueba nuestra flexibilidad para los cambios.

Un desafío para recorrer aventuras en la edad de la madurez. Aventuras cuyo sentido no está en la forma en que estamos acostumbrados a pensarlas desde el modelo juvenil, sino en la excitación que provocan los desafíos frente a lo desconocido, independientemente de las formas que, ellas sí, son las que suelen cambiar con el tiempo.


 

«Lo peor es quedarse en el escenario cuando el acto terminó».

La vida —al igual que el teatro— es una trama que se va componiendo a través de un sinfín de escenas que se representan en el gran escenario por donde transcurre el vivir. Cada una de las escenas pone en juego lo pasado y también lo que subyace al momento presente. Cada personaje contribuye a darle significado a la escena y los actores (tanto en el teatro como en la vida) siempre hacen —inevitablemente— lo mejor que les es posible hacer.

La vida no se cansa de enseñarnos que las escenas terminan en algún momento y se impone una situación de cierre, ya sea porque se incorpora una circunstancia nueva o porque se diluyen algunos de los pilares que sostenían lo que hasta ese momento era considerado «nuestra vida». Con frecuencia sucede que «el fin de la escena» nos toma por sorpresa y, aun cuando sea posible preverlo, casi nunca resulta sencillo poner el punto final, como tampoco lo es incluirse como protagonista de dicho cierre. Suele suceder que cuando insistimos en hacer perdurar lo que ya dejó de ser, el escenario comienza a perder luminosidad y llegamos a desorientarnos al percibir que las luces menguaron, que los demás actores ya se fueron y que el escenario mismo se convirtió en un espacio sin resonancias. Ha llegado el momento de hacer un cierre, aceptar que la escena ya dio todo lo que podía dar y que inclusive es conveniente cambiar de obra para dar cabida a otros espacios, distintos argumentos y nuevas maneras de hincarle el diente a la vida.

Este libro intenta abordar algunas de las muchas escenas con las que la vida suele sorprendernos cuando ya está promediando el recorrido. La intención es mostrar que todo cierre ofrece la posibilidad de una apertura, siempre y cuando no insistamos en perpetuar situaciones para las cuales tampoco hay actores dispuestos a continuar escenas en las que, de más está decir, ya dieron todo lo que tenían para dar. En esto que conocemos como «vida» resulta ser tan cierto que las escenas se modifican como que también no dejan de sucederse indefinidamente. Y tal vez uno de los aprendizajes más redituables para los humanos consista en aprender a no quedarse último para apagar la luz.

Desearía que este libro pudiera ser leído como un compañero de viaje e interlocutor paciente, por muchas de las que hemos transitado nuestra juventud en el siglo pasado, tan lleno de mandatos, de utopías y de reivindicaciones que se fueron entreverando de las más variadas formas como rizomas inextricables.

Clara Coria


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